Análisis de Obra

Bañista al sol
Bronce; 10,5 X 25 X 41cms.
Donación del artista: 1988
Antonio Pujía

"BAÑISTA AL SOL" . Antonio Pujía por Horacio Alonso


La primera vez que ví originales de Antonio Pujía fue en el Bellas Artes. Era mi primer viaje sólo a Capital. Su obra estaba en la antesala de una muestra de surrealistas (Miró, Max Ernst, Di Chierico y Magritte), recuerdo el asombro que me causó que con algún material pudiera construirse un mundo tan rico en personajes, tamaños, espacios y texturas.
La segunda vez lo ví personalmente a mediados de los `80. Mi obra de escultura cerámica, "Maternidad", había recibido una mención. Pujía formaba parte del Jurado. Fue en la Casa de la Cultura del Chaco, sobre la calle Callao, en Bs As. Juninense bruto, me perdí y llegué tarde, ya se iba. -"Coinciden material y tema."- me dijo mientras salía y se iban apagando las luces.
La tercera vez acá, artista y obra, en la inauguración de su muestra individual, en nuestro Muma, mayo de 1988.
Por eso estas líneas. Tomarme la libertad de abrir mi boquita y de forma irreverente aportar a la polisemia de ésta obra.

Después de ir con Laura Gelari a buscar la obra a los depósitos y tras ponerme los guantes de algodón con incrustaciones de goma en la palma, manipulé la escultura. Creí adivinar el proceso para fundición, es una forma por molde perdido.
Es decir, el maestro partió de cero, con el caballete vacío. "Pervía de levare e pervia de porre", leí en algún texto escultórico.
Armar la forma plástica sumando el material y no como en la talla directa, donde el artista quita (levare) el material, resta de una masa sólida (piedra, madera, poliestireno, etc.) predeterminada.
Acá el escultor hizo su "Bañista al sol" modelándolo en cera (de abeja con parafina a baño de María hasta fundir, enfriar a espátula sobre mármol; el calor de la mano al modelar contribuye a la plasticidad), y luego recurrió a la "fusoria", la otra vía tradicional de obtener una escultura de bulto entero.
Fundir un metal (o preparar una pasta líquida capaz de fraguar, endurecerse después de colmado el molde. Parece fue desde África la propagación de la revolución eneolítica -alrededor del -3000 a.C.). Llenar el molde y preservar así una obra tridimensional ejecutada en material ligero. Supongo la cera, en este caso.
(Uso "supongo"; intenté averiguar en profundidad el proceso técnico, Pujía cambió el Nro telefónico, en el archivo del Muma, nada. Es de destacar el amplio registro fotográfico del archivo, hay unos cuantos catálogos de sus exposiciones).
Para la base usó un trozo de tela de corderoy, parece de pantalón. Ya desde él propondrá al observador su discurso plástico; creó a partir de lo banal, de un desecho. Preparada la "lonita de tomar sol" (impregnada a la hora del moldeo en material despegante, aceite o jabón), aparece el bañista, se tiende plácidamente, levanta su mano, el sol encandila.
Todo el tratamiento formal de la figura tiene el carácter de lo banal, trasunta espontaneidad y descuido. Los volúmenes perfectamente ajustados a una melodía expresionista revelan la masculinidad del personaje, recalentado en este caso.
Expresionista porque, aún ejecutada con el rigor matemático que revelan la relación de medidas: la altura total es la mitad del lado menor de la base, y éste la mitad del mayor; el modelado describe la figura con desproporción; ¿una cabeza chica para un cuerpo tan grande?. La extremidades ejecutadas con el contraste de cóncavos y convexos cuentan un ser descarnado. Y de pronto el expresionismo se transforma en surrealismo, si miramos atentamente la cabeza se nos revela un "jano": dos caras pero la misma mano; una viendo hacia abajo ¿la mano saluda?, otra hacia arriba, encandilada, protegida por aquella mano. Entonces el espectador ya es cómplice. Sabe que puede encontrar lo que parece no faltar, por la obviedad del tema, de la pose. El ícono a salvaguardar, un tema de género: el hombre y su tiempo libre, echarse al sol para estar bello frente a los otros.
Una pieza de pequeño formato patinada con sulfato de hierro (amarillos y naranjas), amoníaco (verdes y azules) y sulfuro de sodio (oscuro, casi negro); destinada a un público privado, selecta élite de los que pueden comprarse un obra de arte original, que puede gozar en la privacidad de su hogar de la obra de un artista plástico renombrado; quién hace "bijou" en plata, oro y platino, medallas conmemorativas y bronces que representan a los hambrientos chicos africanos. Un objeto destinado al espacio cerrado, íntimo, de nuestro mundo parcial, una inversión económica, las obras de Pujía son caras, un lujo pal' espíritu.
Pero él nos regaló este bañista. Nos lo donó a los juninenses.
Resume el artista una tradición escultórica. Salen de su mano virtuosa formas en clave lírica, clásicas, con acordes surrealistas, expresionistas; huelgan las categorizaciones: es Pujía.
No dejo de pensar en el criollismo y en paralelos formales con algunas pinturas de Battle Planas, Carpani y descubro su influencia en Distéfano.
Criollismo por lo americanista de formas y contenidos, lírico por su poética: el amor, el arte, la miseria, la alegría.
Actual: esa búsqueda de un buen envase, el pudor y su falta.
Chico grande, vacío lleno, corto largo, brillante opaco. En virtud de estos máximos contrastes captamos visualmente el espacio y lo representamos. La dinámica, el movimiento, raros de lograr en escultura, se perciben rápidamente gracias al buen uso (hasta el exceso a veces) de éste mecanismo de oposición.
La morbidez. Cómo un material inerte, trabajado por la mano experta nos hace creer piel, lona, sudor, laxitud.



(1) Modelada la pieza en cera, se procede al moldeo en pasta hecha con la mezcla de marmolina, yeso y polvo de ladrillo.
Luego de fraguado el molde y con la cera en su interior, se calienta en un horno hasta 75ºC., y la cera se licúa.
Antes y después se pesa el molde y se puede calcular ahí la cantidad de metal a fundir, proporciones de estaño y cobre que se funden entre 880º y 920ºC. El molde (2), ya libre de cera, se calienta y es enterrado(3). Se vierte en él metal fundido en un crisol (4) hasta colmarlo. Una vez enfriado y endurecido se procede a romper el molde (martillo y cincel) que es más blando que el metal. Limpiada la pieza de restos del moldeo se cincelan rebabas y sobrantes y se patina.

Horacio Alonso
Egresado de la Escuela de Arte “Xul Solar” en 1991 como Profesor de Artes Plásticas con orientación en Escultura. Actualmente revista como Profesor de Lenguajes Artísticos en la Escuela Media Nº 7 de nuestra ciudad. Recientemente obtuvo el Premio Regional en el VI Salón Nacional de Artes Visuales Junín 2010.
Ha realizado charlas, conferencias y artículos periodísticos referidos a la temática del arte.

Antonio Pujía
Nació en Polia, Italia, en 1929. Reside en el país desde 1937. Estudió con los maestros Troiano Troiani, Alfredo Bigatti y José Fioravanti y en la Escuela Nacional de Bellas Artes donde luego fue profesor hasta 1988. En 1956 fundó el taller de Escultura Escenográfica del Teatro Colón, donde trabajó hasta 1970. Fue nombrado Caballero al Mérito de la República Italiana (1982) y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1992).
En la actualidad, cuenta con más de 80 muestras individuales.