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AD ASTRA
Gabriel Albamonte

VIE. 08 . MAY.
20:00 . INAUGURACIÓN

El espíritu proviene en parte de su pasado. La escultura aparece como asistida, hay un modelador ausente que deja su rastro, su trabajo, la energía que ha volcado en ella permanece inmanente y constante en su intensidad con el paso del tiempo, contenida en la forma. El espíritu se encuentra también en su actitud y en su representaciÓn estética. Una escultura tiene espíritu cuando nos remite a instancias pretéritas, ancestrales, cuando la sola contemplación nos evoca ciertos valores, supersticiones, ideales e incluso por que no, también gratitud. Pero el espíritu va mas allá en los casos donde el escultor no habla sobre su creación, ni la escultura habla por si misma como es el caso de los héroes, o de los santos. Cuando el escultor crea desde si, se expande en una suerte de mitosis anímica, su espíritu se escinde y se complementa con el observador, esta unión da lugar a un tercer elemento que solo existe en el acto de la observación, el alma de la manifestación plástica.