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GERARDO FERRAROTTI
Fotografías 2009 / 2013

VIERNES 12 DE ABRIL
20:00 . INAUGURACIÓN

Gerardo Ferrarotti nació en O' Higgins, Chacabuco.
Reside en su chacra cercana a la ciudad de Junín, donde se dedica a cultivos orgánicos.
Las fotografías de la presente muestra fueron tomadas a lo largo de cinco años de redescubrir a diario el fascinante y siempre cambiante paisaje de la Pampa.

Un paseo por lo Simple y Profundo.

Mirar esta serie de fotografías de Gerardo Ferrarotti es salir afuera del laberinto, sacarse las anteojeras que limitan la visión abarcadora, es entrar dentro de esa inmensa sintonía que nos conecta directamente con un antiquísimo sentimiento de pertenencia con la tierra, con esa tierra viva que no está en otra parte: está en uno mismo.

Hay misterio en estas imágenes, un misterio que resuena dentro de uno y cuyo detonante son las fotografías, porque hay en ellas una mezcla de calma y enigmática inminencia: la proporción de la figura humana, su escala en medio del campo o cerca de un enorme árbol conmueve y resalta esa vida, cobra una dimensión en su pequeñez que en la multitud de la ciudad se pierde.

Las luces de un auto en un camino rural generan un suspenso inédito transmitiendo esa irrupción en la calma, una casa en medio del campo representa el mundo entero, es el centro del universo; los postes de luz y teléfono evidencian la posibilidad de vivir en contacto con el mundo natural y humano a la vez, al ver los elementos no naturales como parte de la composición no chocan como algo ajeno sino que están integrados por una mirada no dividida.

Una tranquera amarilla indica la presencia de habitantes que no se ven pero están en alguna parte fuera de la foto, un árbol solitario revela su condición de ser único e irrepetible, de escultura viviente que no es un objeto. Una nube solitaria flota sobre la laguna o sobre un árbol, creando una atmósfera de realismo mágico y atemporal. Un sinuoso camino de tierra nos hace intuir qué paisaje habrá después de la curva, nos hace oler el aire cargado de verde y tierra, evocando esa milenaria pulsión nómade que nos hace querer conocer lo que hay después de lo conocido.

El poder magnético del monte aparece en más de una foto en diferentes estados, a veces etéreo a veces inquietante, su reiteración como tema es una meditación visual: lo mismo es cambio. La calma luego del dinamismo del día se impregna a través de los colores, donde por momentos no se sabe si es un sol pálido o una luna intensa lo que alumbra la escena.

Recorrer las fotografías es sumergirse en un clima onírico que nos despierta de las aceleradas rutinas urbanas, porque proponen una comunicación directa en la que más que ser observadores somos la consciencia de lo que muestran esas imágenes, convirtiéndonos en esa cañada que duplica el cielo en su espejo de agua.

En 1826 Niepce fotografía un paisaje rural desde su ventana, curiosamente la primera imágen fotográfica del mundo es el entorno humano, aquella extensión más allá, aún no urbanizada. 187 años después de aquel registro inaugural, Ferrarotti fotografía el paisaje en el que vive, registra su entorno desde los recorridos de cada día, y habiendo dado toda la vuelta, sus fotografías funcionan recuperando la mirada pictórica, funcionan como ventana poética a un mundo que pese a la tecnología ha permanecido antiguo, desde una mirada sensible que devuelve la experiencia de no estar fragmentados, logrando imágenes fotográficas subjetivas que humanizan la herramienta tecnológica.

Han sucedido en el medio de estas fechas, cosas que revolucionaron la producción y percepción de las imágenes, pasando por el inicial temor de que la fotografía reemplazaría a la pintura, cuando en realidad le abrió la posibilidad de explorar nuevas concepciones, el uso popular y colectivo de la fotografía, hasta ser la base para un nuevo realismo, llegando al hiperrealismo contemporáneo, muy diferente de cuando se buscaba la exactitud objetiva antes de la invención de la cámara de fotos.
Esta muestra es un ejemplo bien logrado de esa evolución de la herramienta fotográfica, hasta ser el medio que conjuga un sentimiento contemporáneo y necesario de conexión superadora de las categorías técnicas y conceptuales, curando la aparente separación del mundo y la tierra.

Son fotografías que remiten a lo mágico desde una mirada contemporánea, con una paleta entre el día y la noche, entre la vigilia y el sueño que evoca estados de cotidiano misterio, muestran el campo transfigurado por la percepción que ama lo que vé, porque esa visión expresa una sensibilidad que necesita más que palabras al ser ensueños lúcidos: muestran lo sobrenatural en la naturaleza que se revela ante quien la conoce y se funde en ella.

Pedro Cugnasco
Mayo 2013

 

Pedro Cugnasco (1960) es artista visual, desarrolla su búsqueda relacionando pintura, fotografía, arte digital y diseño textil. Escribe sobre arte, y fue jurado en varios certámenes de pintura